miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿INOCENTES?, NUNCA MAS


Algo más de un año sin escribir en éste blog y no por falta de temas a tratar, al contrario, éste año ha sido pródigo en noticias y asuntos que merecen ser considerados. No pretendo hacer ahora un recordatorio extenso del año que se acaba pero sí destacar algunas cosas que me parecen importantes.


A principios del año vimos un ejémplo de dignidad personal en la figura del poeta Juan Carlos Mestre cuando rechazó un homenaje en el que tenía que compartir espacio con el empresario Victorino Alonso, también homenajeado. La Casa de León en Madrid había sido la entidad promotora de los homenajes y, aún somos muchos los que seguimos preguntándonos cuales serían los méritos de Victorino Alonso. Hay que reconocer que como empresario acumula muchos y, entre tantos, no sabría con cual quedarme, si con la destrucción del yacimiento arqueológico de la Cueva de Chaves en Huesca, con los innumerables juicios que aún tiene pendientes, o quizás, con el cúmulo de ilegalidades en torno a los cielos abiertos en Babia y Laciana. Para corroborar lo dicho, un mes después del homenaje le llegó, al Sr. Victorino, una sentencia por fraude de carbones que le obligaba a pagar unos cuantos millones, ejémplo del buen hacer de éste empresario, posiblemente no será la última.


A lo largo del año hemos visto un ir y venir continuo en torno al carbón, el resultado de todos es sabido, una buena parte de las plantillas están en un ERE. Sicológicamente los mineros han demostrado ser muy duros pues el vapuleo al que se han visto sometidos no lo aguanta cualquiera, se han pasado todo el año entre la esperanza, la desesperanza y la angustia de un futuro, francamente incierto, al que de momento se le pone una fecha final, 2018.


No hace mucho hablaban los voceros del empresario, tanto los políticos como los sindicales, que el carbón tenía un expléndido futuro, la realidad se impone pero, aún así y a pesar de la evidencia de los hechos, algunos impresentables de la política siguen con el mismo discurso. Pienso que los motivos que les impulsan a mantener esa actitud no tienen nada que ver con el interés público, creo que forman parte de un entramado corrupto que el único interés que tiene es el de aprovecharse de las subvenciones, hasta el último momento y hasta el último céntimo.


Es significativo que un sindicalista apuntase que la minería a cielo abierto podría asumir personal del interior de las minas que se cierren; ésto nos dice claramente por donde van los tiros y cúal es la presa que se quieren cobrar. No les importa a muchos políticos y sindicalistas que al frente del carbón se encuentre un empresario que es un delincuente, al menos las sentencias judiciales así lo confirman, algunos siguen aplaudiendo y protegiendo a éste personaje ¿porqué será?. ¿Cómo se puede confiar en álguien que tiene dicho que en cuanto no haya subvenciones cierra las minas y ahora dice que pueden ser rentables un 40% de ellas mas allá del 2018?. ¿Como se puede confíar en los que hace pocos meses decían que el carbón nacional era de la peor calidad y muy contaminante, además de caro, y ahora dicen todo lo contrario?.


También he de reconocer que, de alguna manera, vamos acercando posturas. Cuando los ecologistas hablábamos de la conveniencia de nacionalizar el carbón se nos llamaba de todo, vamos, como siempre, pero con más ganas. El caso es que ya hemos escuchado en boca de los sindicalistas las misma petición, en consecuencia, estimo que se han acercado a nuestra postura. Otro ejémplo de acercamiento sería el de nuestra alcaldesa, Ana Luisa Durán, cuando dijo: En Laciana, sin minería de interior no tienen objeto los cielos abiertos. En Laciana ya no queda mina de interior y aunque quedase, tampoco. Ahora, también se acuerdan de que el medio ambiente puede ser motor económico, generar empleo, etc. etc. La verdad, algunas palabras en algunas bocas suena a inocentada, a tomadura de pelo.


Ayer fué el día de los Santos Inocentes, espero que en Laciana hoy ya no quede ninguno. Son muchas las promesas incumplidas y son muchos los agravios a los que nos hemos visto sometidos como para poder confiar en los que nos han llevado a ésta situación. Pero no nos confundamos, no tienen ellos toda la culpa, nosotros como ciudadanos tenemos nuestra parte de responsabilidad al habernos convertido en un manso rebaño que solo berrea cuando el partor se lo pide.