Antes de escribir mi opinión sobre algunas cosas intento meditar y si es necesario "enfriarme" un poco y, todo eso, con la intención de ser lo más objetivo posible para evitar copiar actitudes dignas de un auténtico imbécil.
Ésta introducción es necesaria antes de pasar a comentar lo que pienso sobre las declaraciones del Sr. Victorino Alonso durante los actos organizados para mostrar su "magnífico túnel". Cuando álguien tiene el descaro de decir: Que si no le dan pronto los cielos abiertos entrará "A LAS BRAVAS", me hace pensar que hemos retrocedido, como mínimo, cuatro décadas.
Cada uno de nosotros podemos decir cualquier estupidez, sin que pase nada, cuando estamos en un ambiente familiar o de amigos pero, si se nos ocurre decir una palabra que atente contra la Constitución, las Leyes, las instituciones o las personas en un acto público seguro, que vamos a tener problemas con la Justicia. Pero hay excepciones, no todos somos iguales ante la Ley o, al menos eso es lo que parece a tenor de los hechos. El Sr. Victorino se permite amenazar con incumplir toda la normativa legal, en cuestión de Medio Ambiente, y explotar los cielos abiertos "A LAS BRAVAS" y, todo ésto, rodeado de la Senadora Dñª Ana Luísa Durán Fraguas y también de otros alcaldes y sindicalistas; y eso es lo que verdaderamente me preocupa y me indigna, ¿cómo es posible que se pueda escuchar sin inmutarse semejante amenaza? ¿cómo nuestros representantes políticos y sindicales agachan la cabeza ante un ataque a nuestro Sistema Legal, en definitiva, a nuestros derechos y deberes?.
Realmente en política no se puede caer más bajo, bueno sí, el peldaño más bajo es el del político o sindicalista corrupto. La cortesía que debe imperar en las relaciones sociales no justifica que una Senadora y otros representantes legales de la ciudadanía se queden impasibles e incluso aplaudan a semejante personaje cuando amenaza con pasárse la legalidad por el forro. Si son incapaces de defender nuestros derechos deben de dimitir de forma inmediata y, si no lo hacen me están dando razones por las que me permito dudar de su honradez y honorabilidad.
Como ciudadano de éste país os diré, que ya solo confío en nuestro Sistema Judicial y en el buen hacer de jueces y fiscales, a pesar de su lentitud y otros fallos. No puedo confíar en la clase política ni sindical pues veo como sus intereses muchas veces no coincíden con los de los ciudadanos y, como ejémplo, los más de setecientos casos abiertos de corrupción, según la prensa, y me temo que eso solo es la punta del iceberg. A los ciudadanos les digo que no podemos permanecer impasibles ante casos como éste, la época feudal ya pasó y no podemos permitir que vuelva por, mucho traje y corbata que tráiga.
No escribo ésto por mi defensa del Medio Ambiente sinó por la defensa de mis derechos constitucionales y de las Leyes que a todos obligan. En mi humilde opinión, la Ley no se puede saltar por un puesto de trabajo ni por un millón. Si no se respetan las reglas que nos obligan a todos, las consecuencias pueden ser muy previsibles. Como dice aquél refrán : "El que siembra vientos, recoge tempestades".
Se dice que cada pueblo tiene los gobernantes que se merece. Yo no creo que nos merezcamos los que tenemos.
