EL FRACASO DE LA POLÍTICA, EN COPENHAGUE

Sin paliativos, los políticos han fracasado en la Cumbre de Copenhague. Una nueva oportunidad perdida para empezar a poner orden en el uso del planeta. Ahora nos dicen que será en Mexico, no sé pero, pienso que ésta tropa de impresentables planifica sus vacaciones y, bien pagadas con dinero público.

Aunque hayan elaborado, con mucho esfuerzo y poco rubor, un documento de mínimos para intentar salvar la cara, lo que queda claro es la falta de interés en solucionar lo que, con toda seguridad, va a ser el principal problema de todos los habitantes de éste planeta. A estas alturas ya nadie discute el cámbio que está sufriendo el clima, salvo, algún que otro "primo". Cuando los ecologistas avisaban, hace yá más de veinte años, del "calentamiento global" fueron tildados de alarmistas y retrógrados. Sufrimos un descrédito alimentado por los políticos militantes en los llamados "partidos oficiales", los mismos que, sin la mas mínima vergüenza, en época de elecciones se ponen la capa verde de ecologistas y hacen suyas las propuestas de aquellos y que, por supuesto, olvidan en cuanto pasan los comicios. Con esa actitud intentan y, creo que lo consiguen, anular cualquier intento de llegar a los órganos de decisión a los calificados genéricamente como "verdes". El resultado lo tenemos a la vista, una clase política que cada vez obtiene mayores prebendas en su cargo y que se muestra incapaz de resolver un gran problema general. Por muchas cumbres que se organizen, mientras que los políticos que acudan a ellas vayan con las manos manchadas de petróleo, cemento, carbón.....etc, no podrán solucionar nada, sólo alargar esa solución dándose plazos y más plazos.

Éstos políticos al servicio de los grandes monopolios industriales más que la solución son el problema y, ya es necesario un cámbio pero, la alternancia sólo será posible cuando los ciudadanos nos concienciemos y sepamos discernir entre intereses particulares y los generales, cuando aprendamos a detectar quíen nos está "colocando" la MENTIRA BONITA y quíen nos avisa de la VERDAD FEA, cuando dejemos de creer eso de que: el ecologismo es una utopía y los ecologistas un pandilla que nos quieren llevar a una nueva Edad Media. En definitiva, cuando el

ciudadano sea consciente de sí mismo y de su poder y que con su voto actúe en consecuencia.

Por desgracia creo, que únicamente cuando sufrimos adversidades tomamos conciencia de las cosas. ¿Será necesario que desaparezcan países?, en el Pacífico muchas íslas están a solo un metro por encima del nivel del mar, Holanda tiene un tércio de su territorio ganado al mar de forma artificial, o que ¿Se hundan ciudades?,Venecia y Nueva Orleans, por ejémplo, o la transformación de extensos territorios en desiertos. Me gustaría creer que nó, que no hará falta llegar a tales extremos aunque, la realidad se está imponiendo, la VERDAD FEA ya la tenemos ante nuestros ojos, sólo que no la queremos ver. Los políticos, al parecer, solo saben hablar de millones, millones por aquí, millones por allá. Tratan de hacernos creer que el problema va a estar en los países en desarrollo y así, de ésta manera, eludir las responsabilidades de los verdaderos culpables, nosotros, los del mundo desarrollado y del bienestar.

En Mexico volverán a estar de "vacaciones pagadas", volverán a poner plazos, volverán a alargar la toma de soluciones, volverán a eludir responsabilidades. Imaginemos a un enfermo grave y, que el equipo médico encargado de atenderle ni se pone de acuerdo ni toma decisiones adecuadas, el resultado de su actuación será la inevitable muerte del paciente. El "paciente" ya saben quien és y los "médicos" también.

Se critica al ex-político norteamericano Al Gore por su "Verdad Incómoda", se le desautoriza a él y, de paso a todo el ecologismo, diciendo que contamina más que cualquiera y de paso se está enriqueciendo con el asunto, que no hizo nada cuando estuvo en el "Poder" y ahora quiere arreglar el mundo. Puede que algunas críticas estén en lo cierto en lo personal pero, su mensaje es incuestionable y el ataque a la persona sólo sirve para tratar de distraer la atención del ciudadano sobre el verdadero problema, que nos estamos cargando el planeta y con él, nosotros.